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El absentismo regresa con la recuperación.

El absentismo se volvió a agudizar durante el pasado 2016, creciendo por encima de la economía y el empleo, situando la tasa ya en el 4,88%. El coste total por absentismo por incapacidad temporal ha aumentado un 10,91% en el último año y ha supuesto casi 68.500 millones de euros a nuestra sociedad (en términos de gasto en prestaciones de la Seguridad Social, costes directos de las empresas y coste de oportunidad de la producción de bienes y servicios que se han dejado de producir), según recoge el VI informe de Adecco sobre absentismo laboral. «No sólo supone una pérdida económica para la empresa, sino que puede ser uno de los principales motivos del deterioro de la competitividad, productividad y organización de la compañía», apunta Fernando Bazán, socio laboral de Deloitte Legal.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que entre el 30% y el 50% de todas las bajas laborales están relacionadas con problemas de estrés derivados en ocasiones de un mal ambiente de trabajo o de desmotivación, un porcentaje que se podría reducir con mejores políticas de prevención. «El absentismo cuando se revela muy alto es muy descontrolado y los efectos son devastadores. Es difícil reorganizar la producción, cumplir con los plazos de entrega, etc.», explica Bazán. El problema radica, según este experto, en esa baja por incapacidad temporal, que aún siendo legal no está prevista. «Por ejemplo, ese lunes o viernes que no se va a trabajar o las ausencias constantes e intermitentes. Es un absentismo de falta de compromiso y de ausencia de respeto al trabajo, que se ha agudizado con la recuperación económica».

Estimaciones de Factorial apuntan que una empresa de aproximadamente 50 empleados, alrededor de 10 están desmotivados. Teniendo en cuenta que su sueldo medio es de 1.600 euros brutos, se podría traducir en una pérdida para la empresa de 5.440 euros mensuales, 65.000 al año.

El informe de Adecco desvela que los únicos causantes de las bajas por incapacidad temporal no justificadas que presentan algo de relevancia, con una frecuencia entre media y alta, siguen siendo aquellas relacionados con el ámbito laboral del trabajador, así como con la organización del calendario y horario laboral. Otros factores como el llamado «efecto lunes» y el «efecto puente», mal ambiente en el trabajo o «mobbing», entre otros, presentan una incidencia mínima y mayoritariamente no tienen incidencia alguna. «En muchas de las bajas por contingencias comunes hay componentes relacionados con la motivación del empleado que se podrían subsanar», explica Javier Blasco, director jurídico de Adecco.

Para ampliar la información: http://www.larazon.es/economia/el-absentismo-regresa-con-la-recuperacion-JN16390988

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