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La Diputación de Cáceres ayuda a sus trabajadores a dejar de fumar. _x000D_

_x000D_ La Diputación Provincial de Cáceres quiere mejorar la salud de sus trabajadores. Por eso, ha puesto en marcha una campaña dirigida a sus empleados fumadores. Se calcula que el 20 por ciento de la plantilla de la institución pública tiene dependencia del tabaco, según los datos manejados por el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de la Diputación, que ha promovido esta iniciativa.

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_x000D_ Arrancó en la tercera planta del edificio situado en el número 10 de la calle Pintores la primera terapia grupal que organiza la institución con este fin. Hasta ahora, sólo se había asesorado a sus trabajadores de manera particular. 21 empleados asistieron a una charla de concienciación y de divulgación de los beneficios que tiene dejar los malos humos. Ha sido el primer paso de un tratamiento que continuará después de Semana Santa y que se dilatará durante un año. Pedro Romero, enfermero de la Diputación, fue uno de los ponentes. Es, además, uno de los organizadores de la iniciativa. «El tabaco es la primera causa de muerte evitable en los países industrializados. Y la Diputación tiene interés en fomentar la salud de sus trabajadores y en mejorar su nivel de salud actual. Desde el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales venimos haciendo desde hace muchos años terapias individualizadas para ayudarles a dejar de fumar. Pero este año hemos querido hacer una terapia grupal para que el apoyo social del grupo facilite que haya más personas que se apunten y que consigan abandonar el tabaco», explica el sanitario.

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_x000D_ El tratamiento que seguirán los empleados de Diputación se denomina ‘multicomponente’, ya que combina la aplicación de técnicas de terapia ‘conductual’, recomendaciones prácticas que facilitan el abandono del hábito de fumar y una terapia farmacológica en los casos en los que sea necesario. Aquellos asistentes que necesiten medicamentos tendrán que pagárselos.

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_x000D_ Los beneficios, avanza Pedro Romero, no tardarán en llegar. «En unas semanas conseguiremos que el sentido del gusto vuelva a la normalidad. En tres meses mejoraremos la función pulmonar y cardíaca y nos cansaremos menos al subir cuestas. Y en seis meses o un año tendremos mucho menos riesgo cardiovascular que un fumador. En cinco o diez años los riesgos cardiovasculares prácticamente son iguales a los de un no fumador y el riesgo de cáncer va a disminuir mucho», explica.

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